Contrato musico

Contrato musico

Abogado especialista en contratos musicales

Aunque los acuerdos iniciales de grabación suelen reportar un porcentaje menor de derechos a los artistas, los acuerdos posteriores (o renegociados) pueden dar lugar a beneficios mucho mayores, o a un potencial de beneficios. Algunos artistas, como Madonna, Michael Jackson, R.E.M., U2 y Janet Jackson, entre otros, han firmado acuerdos multimillonarios. Whitney Houston firmó un contrato de 100 millones de dólares con BMG para entregar sólo seis álbumes, el mayor acuerdo discográfico de la época. Robbie Williams firmó un contrato de 80 millones de libras (125 millones de dólares) con EMI.[1] Para muchos otros artistas, sin embargo, para que los millones se conviertan en algo tangible, deben llegar álbumes de éxito que alcancen o superen sus cifras de ventas anteriores. Los contratos de grabación pueden incluir cláusulas de exclusión para la discográfica en caso de que la popularidad de un artista baje o de que éste publique álbumes que no sean un éxito. Por ejemplo, Mariah Carey fue abandonada por Virgin Records y su contrato de grabación de 100 millones de dólares fue cancelado después de que su primer álbum publicado por el sello se vendiera mal[2].

¿Cuál es el mejor contrato musical?

1. Michael Jackson – 250 millones de dólares (2010) El acuerdo se firmó después de la muerte de Jackson, pero el contrato de su patrimonio con Sony Music da a la discográfica los derechos de su catálogo indiscutible, incluidas las reediciones, así como cualquier nuevo lanzamiento póstumo, como “Xscape”, de 2014, que consiguió llegar al número 2 en las listas estadounidenses.

¿Cuánto cuesta un contrato musical?

Según la IFPI, una discográfica suele invertir entre 500.000 y 2.000.000 de dólares en un artista recién fichado. Se trata de un amplio margen, y una gran cantidad de dinero desde la perspectiva de la mayoría. Este es el desglose básico de cómo se asignan estos fondos: Anticipo: de 50.000 a 350.000 dólares.

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¿Quién redacta los contratos musicales?

7. Contratos de producción y remezcla Los contratos de producción musical se firman tradicionalmente entre productores y empresas de producción, o ingenieros musicales y los respectivos sellos discográficos o artistas con los que trabajan.

Contrato de artista de Sony Music

EN CONSIDERACIÓN de y como condición para que la Compañía produzca y distribuya ciertas grabaciones para el Artista y otras valiosas consideraciones, cuya recepción y suficiencia se reconocen por la presente, las partes de este Contrato acuerdan lo siguiente:

“Entrega” y “Entregar” – con respecto a las grabaciones maestras que se entregarán en virtud de este Acuerdo. Cumplimiento completo por parte del Artista de todas las obligaciones de grabación del Artista en virtud de este Acuerdo a la aprobación de la Compañía.

“Grabación Maestra” – toda grabación de sonido o de sonido más vídeo, por cualquier método conocido en la actualidad o descubierto en el futuro, que se utilice en la grabación, producción y fabricación de discos o vídeos. En virtud de este Acuerdo, una Grabación Maestra de una sola canción tendrá una duración no inferior a 2,25 minutos.

“Costes de grabación”: todos los costes que representan los gastos directos en los que incurre la Compañía en relación con la preproducción, producción y postproducción de las Grabaciones Maestras realizadas en virtud de este Acuerdo y que se consideran habitualmente “Costes de grabación” en la industria discográfica.

  Contrato vector

Ejemplos de contratos de la industria musical

La cantante de “Hello” está a punto de firmar un contrato discográfico con Sony Music por valor de 130 millones de dólares, lo que supondría el mayor contrato discográfico para un artista británico y la mayor cantidad para una mujer, superando a Whitney Houston y Madonna.

El anterior contrato de Adele con el sello independiente XL expiró con su último álbum, “25”, que batió casi todos los récords de ventas que pudo. Así que no es de extrañar que Sony la haya adquirido. La discográfica tendrá los derechos exclusivos para publicar su música en el futuro. Mira los acuerdos discográficos más valiosos de la historia:

El púrpura recaudó más que Michael Jackson o Madonna en su acuerdo con Warner Bros, que se produjo tras su exitosa banda sonora de “Batman” para la compañía. Pero el brillante músico fallecido luchó frecuentemente con su discográfica por el control de su música e identidad.

Houston firmó el mayor acuerdo de la historia de la discográfica Arista en aquel momento, con un contrato de varios álbumes. Lamentablemente, este sería el inicio de una espiral descendente para la artista, que sólo consiguió publicar tres álbumes más antes de morir en 2012.

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Si actúa como artista en solitario y decide contratar a músicos y cantantes externos, es aconsejable que suscriba un contrato que autorice la “cesión de derechos”. Este acuerdo regulará los honorarios y el reparto de beneficios, si es necesario, junto con el tipo de derechos conexos que se conceden o ceden a los músicos o cantantes invitados.

Dado que las entidades de gestión pueden ofrecer diferentes ofertas, es fundamental tener cuidado con el acuerdo que se va a firmar y leerlo detenidamente. GEMA, por ejemplo, sólo ofrece un contrato global, lo que significa que el acuerdo se aplicará a toda tu obra. Luego no puedes seleccionar de qué temas deben ocuparse y cuáles dejar fuera.

  Contratos epc y epcm

Al firmar un contrato con un sello discográfico, transfieres los “derechos de la grabación” al sello interesado en tus temas. Es fundamental saber que un contrato discográfico clásico es un documento complejo y, por tanto, puede ser difícil de entender para los músicos. Se encarga de toda la fabricación, distribución y comercialización del disco y afecta a todo, desde el anticipo con el que vas a operar, hasta el porcentaje que vas a recibir del contrato, pasando por si la discográfica se encarga o no de tus redes sociales. Otras cosas que regulan los contratos discográficos son el volumen de producción, el formato, la exclusividad, la duración, los derechos de sublicencia, la sincronización y los derechos de merchandising.

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